jueves, 2 de junio de 2016

28... El inicio

Tal vez demasiado puro, demasiado inocente, demasiado el. 
Sólo eso podría hacerme caminar de opinión tan rápidamente, sólo su presencia disminuía los fuertes latidos de mi corazón y sus pasos silenciosos calmaban mi casi insuperable llanto; el sabía muy bien lo que yo quería y yo estaba segura que el se opondría...
Su preocupación siempre iba más allá de todo, más allá de lo prudente y cuerdo. 
No era normal. Y aunque no pretendiese que lo fuese sólo su fallido instinto de protección podría perturbarme de la manera en que lo hacía. ¡LO SABÍA! 
Sabía que no me dejaría hacerlo, de una manera u otra lo supe desde el comienzo, su amor hacia mi iba más allá de lo que cualquiera de este mundo agonizante podría tratar de entender siquiera. Iba más allá de un amor fraternal y yo lo sabía. Lo amaba. En ese momento supe que lo ame desde el primer segundo en que tome aire en mi vida, y grite! Llore! Me partí en llanto por no tenerlo a mi lado, por no encontrar su fría, seca y perfecta piel a mi lado, llore inconsolablemente el día en que nací pero ahora de que lo hice por el. -traté de recordarlo-. Ahora estoy sólo esperanzada en verlo en algún momento, en algún insignificante segundo de esta miserable e indignante vida. 
Aún no se porque lo solté, por que demonios permití que lo alejasen siquiera sólo en mi pensamiento... 
Supe desde mi nacimiento humano que el era parte de mi vida, que mi misión era encontrarlo, amarlo y más allá de cualquier otra fuerza inhumana... Protegerlo! 
Siempre tuya. Nicci 

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