Una lluviosa noche de 1873, Ella se encontraba en su habitación, en Gales. Estaba algo distraída mirando hacia la nada, observando aquel estanque frente a su hogar y recordando aquella travesía con el pato que decidió torturar a su pequeño hermano "creatura traviesa" susurro mientras a lo lejos logro ver algunos patos. Antes de siquiera poder pestañear escucho como algo caía fuertemente, un olor a azufre comenzó a inundar el lugar... -will- susurró.
Corriendo a la habitación de él lo busco, pero esta estaba vacía. Desesperada recordó a su padre, algunas veces le había visto hablar sobre demonios, espadas e historias magnificas... Sabía que era algo, que había algo en él. Era hora de proteger a su familia.
Corriendo de regreso a su habitación rebuscó entre su cofre aquel cuchillo que su padre le había dado y corriendo encontró a su hermano en la sala donde su padre guardaba sus antiguas cosas... Pero este no se encontraba solo.
Una bestia -un demonio- pensó. Se encontraba frente a su pequeño hermano, Ella no tenia más en que pensar. Lanzándose frente a Will apunto aquel arma al ser que tenía en frente, intentando maldecirlo, echarlo de allí... Incluso apuñalarlo. Pero nada de ello funcionaba, cada vez sentía más impotencia. No tenia la menor idea de que hacer, solo sabia que debía proteger a su hermano... Su padre llegaría en cualquier momento y así ella y William estarían a salvo. Todos estarían a salvo.
De reojo buscó la mirada de Will, necesitaba saber que él estaba bien... Que él...
Dolor...
Ardor...
Está... Quemando...
Cerrando sus ojos intento sacar fuerzas, debía proteger a... En ese momento interrumpiendo sus palabras aquel demonio maldijo a Will, era algo que no podría olvidar jamás. Aquella mirada de terror de su hermanito, el dolor al verla de nuevo mientras aquel demonio desaparecía... Ver como todas sus esperanzas y la alegría que llevaba en él simplemente se habían esfumado de la nada.
Con dolor intento sonreirle a su hermano, antes de caer desmayada.
∆
Negro... Era lo único que podía ver. No sabia donde estaba, pero se sentía... ¿Ligera?, algo comenzó a brillar de la nada frente a ella y algo curiosa se levantó del suelo y comenzó a caminar... Y caminar... Dios! ¿Esto no tiene final?
Observando a todas partes aquel sitio comenzó a tener algo de... Similar... Al bosque tras su casa, siguió caminando sin darle importancia por unos segundos hasta que recordó -casa... Yo estaba en casa y... Will- mirando a todas partes comenzó a correr, debía protegerlo, debía buscar a Cecy, sus padres... Debía avisarle a todos!
Poco a poco comenzó a notar cosas aún más similares, deteniéndose de golpe miro a todas partes llegando a observar algo a lo lejos...
-casa
Corriendo lo más rápido que pudo llego al portón de su casa, sin siquiera pensarlo siguió corriendo, ni siquiera notó que no se agitaba, debía encontrar a sus padres... Solo empujaría la puerta y...
-pero... ¿Que?- mirando a todas partes solo se sentía aún más confundida... Como podía... ¿Atravesar la puerta?
Sin tiempo para pensar en esto escucho a su madre llorando, algo malo había pasado... Will.
Corriendo escaleras arriba vio a su madre en su habitación pero no le importó, solo se paro en la puerta y comenzó a hablar sin detenerse
-madre! Algo ha pasado... Había un... Algo y... Will... Por favor dime que esta bien, dime que no le ha pasado nada, dime que...- al mirar más detalladamente noto que esta ni siquiera daba señales de haberla escuchado.-madre- intentando tocar su hombro solo la traspaso...
Traspasar... De nuevo... Esto...
No podía ser, ¿o si?
No, claro que no... Esto solo era posible si...
Girándose logró ver lo que estaba observando su madre, tapando su boca ahogó un grito. Estaba allí, estaba... Verde. Más fea de lo que jamás se había visto... Y, muerta.
∆
2010...
Habían pasado ya ciento y... Algo de años, casi siglo y medio... 150 Largos años en los que como fantasma había aprendido a vagar, a buscar, había encontrado a su familia... E intentado protegerla mientras pudo.
Vagaba a veces, pensando en el por qué todavía seguía aquí, era algo que no sabia.
Habia conocido años atras a Magnus Bane, su ahora mejor amigo... Él había visto algo en su hermano y ella, intentando protegerle, apareció frente a él.
Solo esta ahí, no decía una sola palabra, pero él la entendía... Siempre la entendió.
Ayudo a Will cada vez que lo necesitó, protegió a Cecy cada minuto en el cual ella se agitaba y señalaba la pintura que Magnus había conseguido de su hermanita.
Día a día siguió ahí, incluso cuando Will había muerto. Años después, siendo feliz junto a su esposa y sus hijos... Junto a su parabatai.
Cecy había tenido una buena vida, en lo que cabía... Había decidido seguir su legado, había luchado junto a su hermano en más de una ocasión.
Ella solo se podía sentir orgulla de ambos, y agradecida con Magnus.
Por momentos, largos momentos... Magnus viajaba, o solo desaparecía. A veces Ella le seguía solo por curiosidad, después de todo... Era un brujo.
Otras veces solo se quedaba por ahí, vagando, pero siempre regresando a lo que ahora sentía como su nuevo hogar... Al lado de él.
Un día al verle entrar supo que algo estaba mal
-¿no piensas hablar nunca?, ¿o es que no puedes?... Sabes, no me molestaría un poco de charla. Algo como... Oh ya sabes "hola"- al ver como se desesperaba cada vez más solo pudo soltar una gran carcajada.
-¿si hablo dejaras de hacer gestos de mono?- le miro sonriente
Al escucharla solo se cruzo de brazos y negando con una sonrisa solo susurro -sabia que hablabas... Llevo años haciendo magia para hacerte hablar, solo no entendía por qué no lo hacias
-no tengo motivos para hacerlo, no los tenia hasta ahora
-¿incluso cuando tus hermanos estaban vivos?- le miro algo curioso
Ella solo asintió y susurró - incluso.
Llevar una vida de fantasma al fin y al cabo no había sido tan mala... Vio como todos sus sobrinos, los descendientes de su familia vivían... Podía incluso vagar por el resto de la tierra.
Nunca se conformaba con un solo sitio, algo de lo cual culparía a Magnus.
Años después de su primera charla ellos aún seguían hablando, Magnus había aprendido a hacerla hablar y por momentos solo la hacia reír con sus anécdotas.
Algo curiosa Magnus a veces, cuando ella aparecía de la nada le contaba sus mayores aventuras, sus más cursis amores, incluso sus más dolorosos desamores... Cada historia de él, y de todos los que llegaban a su vida eran cosas que solo le llenaban.
Aquel vacío que años atrás se creo con su muerte, el dolor al ver como su hermano se culpaba de ello... Como alejaba a su Cecy de él.
Cada lágrima que vio de su familia solo creo dolor, hasta que finalmente alguno era feliz. Alguno podía encontrar eso que ella tanto anhelaba... Amor.
∆
Una tarde, al llegar al loft de Magnus, Ella solo pudo quedar casi en shock.
Magnus estaba sentado, en el suelo, bebiendo algún extraño licor... La expresión que llevaba era de curiosidad, de dolor, y habían tantas cosas que no podía entender, no podía saber... Acercándose a él se sentó frente a su amigo sin decir palabra.
-vino a mi... Pidiendo compasión, pero no pude darle lo que pedía. ¿COMO PODRÍA?, me estaba pidiendo algo irremediable. Y solo me negué.
Ahora ellos están muertos por mi culpa.
Al escuchar sus palabras recordó como se sentía el dolor, la impotencia de no poder hacer nada ya... El deseo de intentar regresar el tiempo atrás, de decir las cosas antes... De decir las cosas antes.
Dolía. Más para un ser inmortal como él y un ... Algo, estancada como Ella.
Solo el tiempo le había enseñado que a pesar de lo que hubiese pasado, a pesar de todos esos "y si tal vez" que dices y sientes cada minuto de tu vida... Sabes en el fondo que ya no hay vuelta atrás, y que aunque tuvieses la oportunidad... Debes tomar una decisión.
Estancarte en el dolor, o mirar al frente y seguir adelante. No importa cuanto duela, no importa lo que suceda...
Llega ese momento en el que solo debes dar un paso adelante y esperar.
Suspirando Ella paso una mano por la mejilla de su amigo a pesar de que sabía que él no sentia realmente su toque. Habia aprendido a hacerles sentir "algo", y aunque nunca sintió que fuese suficiente, hoy para ambos era lo único que necesitaban; regalalandole una medio sonrisa Ella se quedo esperando, y Magnus continuó.
Hace un año, más o menos... Un nephilim llegó a mi puerta; había dejado su vida como Cazador atrás por una mujer, pero más que eso había dejado atrás un engaño, dos muertos y muchas mentiras... Llevaba tras él un peso enorme. Un secreto.
Personas importantes iban tras él y tras su familia, personas que al nacer su hijo lo raptaron... - Ella al escuchar cada palabra solo podía mirarle con temor, sabia que por secretos hacían lo que fuese... Pero. ¿Un bebé?, suspirando se concentró en aquella historia, en escuchar a su amigo- un bebé nunca sobreviviría a la marca. Él solo quería protegerlo... Pero vender el alma a mi padre no iba a salvarlos, simplemente no podía- suspirando Magnus termino aquella copa y levantándose la miró- murieron ayer, ambos asesinados... Y el resto de su familia murió a manos del circulo.
Esas fueron las ultimas palabras de Magnus sobre esto, las ultimas palabras que Ella escuchó sobre aquella familia.
Había intentado investigar, saber si realmente estaban muertos... Viajo y preguntó a todos los que pudo. Encontró al padre. Pero el resto de su familia no estaba con él.
∆
-TE DIGO QUE NO SE COMO!
-ES IMPOSIBLE!!!
-¿Y CREES QUE NO LO SE?, LLEVO SIGLOS SIENDO ESO- suspirando Ella intento controlarse, calmarse y dejar de gritar al único amigo que tenía en el mundo. Sentándose en aquella silla solo soltó un gruñido, era demasiado extraño sentir de nuevo... Vivir de nuevo. A veces incluso olvidaba que debía respirar- llevo años... Siendo nada. Simplemente no lo se. Estaba viajando de nuevo a ver a mi padre y cuando intente volver estaba así.- cruzándose de brazos algo exasperada se quedo mirando a la nada. Si, sabia que él era más experto que ella en estos temas. Pero él nunca había sido un fantasma, no había muerto... No había... Revivido.
Simplemente parecía que al ser real de nuevo Magnus Bane ya no la quería más en su vida, soltando un gruñido se levanto y comenzó a andar a la puerta
-¿a donde crees que vas?
-no te importa Bane... No tendrás que cuidar de una niñata- le gruño en respuesta mientras intentaba salir por la puerta, siendo siglos de costumbre el transportarse, desaparecer o solo cruzar las cosas siguió caminando y se estrello con la puerta cayendo así al suelo. -AUCH!
Magnus solo pudo estallar en risas mientras se acercaba a Ella, por nada del mundo iba a dejar a una niña de 14 años sola a la interperie, mucho menos una niña de un siglo y medio de muerta, y peor aún... Nunca sería capaz de abandonar a una amiga.
Acercándose a Ella ofreció su mano aguantando la risa, observando como le miro algo furiosa y se levantó Sola- Herondale al poder -susurro mientras la veía caminar a una de las habitaciones que tenia para huéspedes -preparare algo de comer!!! Debes tener un hambre de muerte! -soltó entre carcajadas.
∆
Era la primer vez que Magnus permitía que Ella saliese sola, ir de compras con él se había vuelto demasiado estresante... Era un buen amigo, y había sido una gran figura paterna. Pero ahora tenia 18 años, se podía manejar sola en una tienda... Y también podía decidir que vestir.
Hacia un par de años convenció a Magnus de que podría vivir sola, él tenia una vida aparte y ella estaba acostumbrada a su independencia, a decidir por si misma...
Si, algunas veces olvidaba que debía cenar, poner la ropa a lavar y cosas tan sencillas y mundanas como eran posibles. Era usual incluso que a veces se estrellase con las puertas o las paredes. O incluso se quedase parada en el medio de una habitación esperando "transportarse", quedando a veces como una loca... Pero era algo que no podía evitar. Costumbres eran costumbres.
Días atrás, saliendo de la biblioteca había visto a un joven... Bueno, la palabra se describiría aquella situación sería "tropezar y caer encima de un muy guapo joven". Sonrojándose, avergonzada y sin saber en donde meterse solo pudo levantarse con ayuda de él.
Nunca había sido torpe, pero seguiría culpando a el siglo y algo de costumbre... Siempre sería el culpable de todas sus vergüenzas.
Aquel chico había cruzado sus pensamientos algunas veces desde ese día, y no entendía el por qué... Simplemente pensaba en él, le recordaba. Recordaba incluso cosas que no sabia como llegaban a ella. "Sueño despierta" pensó, mientras seguía por aquel camino que ya estaba acostumbrada a transitar.
Algo distraída con sus pensamientos no se dio cuenta que aquel chico estaba frente a ella, hasta que de nuevo chocó con él. Con la única diferencia que esta vez él la atraparía antes de que cayeran.
Levantando la mirada, Ella se encontró con sus ojos y frunciendo el ceño negó intentando no reír
-tal parece que mi torpeza no te asusta
-¿debería asustarme?
-puede... -dándole una pequeña sonrisa se alejó de él.
∆
Riendo Ella ya estaba acostumbrándose a estos "encuentros casuales", solo se quedo mirándole curiosa mientras aguantaba la risa -¿esta vez que es?-le dijo mientras se alejaba de sus hombros, una caída menos.
-pues...
- ...
-me gusta el chocolate.
Frunciendo el ceño Ella solo le miró confundida y rodó los ojos - ¿esta bien? - girándose intento apartarse de él, definitivamente esto había sido lo más raro hasta ahora...
-Espera!
Suspirando se giro y le miro, al ver que no decía nada enarcó una ceja y comenzó a hacerle gestos para que continuara -y...
-a veces solo hago creer a la demás personas que soy fuerte, pero no es así... Hay cosas que me derrumban también. Soy humano, ¿sabes?- un gesto raro paso por el rostro del chico mientras le decía esto. Ella solo se quedo allí, pasmada, escuchando aquella declaración. Sintiendo como los recuerdos comenzaban a llegar a ella.
Bajando un poco la voz le dio una pequeña sonrisa- no siempre tenemos que ser fuertes, y las personas que nos amen lo entenderán... Ellos siempre estarán allí, no importa cuan destruidos creamos que estamos. Siempre estarán protegiendonos desde las sombras.- asintiendo levemente se mordió el labio, cada palabra dicha le había recordado parte de si misma, parte de su familia... Sin tiempo para reaccionar siquiera sintió como él se acerco a ella y poso una mano en su mejilla.
Al levantar el rostro él le estaba sonriendo ampliamente
-soy Alex...
-Ella.
-¿Te gusta el chocolate?
-solo si tiene piñas incluidas- le respondió mientras una sonrisa se posaba también en su rostro, al ver que Alex le ofrecía su mano la tomo sin miedo...
No era normal en ella ser así, no le gustaba expresar lo que sentía, o dar demasiados gestos de afecto. Nunca antes lo hizo en vida, pero al haber pasado por todo lo que pasó sentía que algo había cambiado levemente en ella.
Además, aquel chico, Alex... No entendía el por qué, solo se sentía correcto.
-conozco un sitio... Si quieres... Podemos ir, no es tan tarde. Puede que siga abierto.
-me gustaría, llevo tiempo sin comer piñas con chocolate- respondió mientras soltaba su mano
Ambos comenzarón a caminar mientras hablaban...
Sin buscarse se habían encontrado, sin desearse se habían chocado de nuevo.
Era hora de aceptar, de dar el primer paso y esperar... Ver que sucedería.
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